jueves

Que si no puedo gritar, no quiero pasear por la calle.
Si no puedo tirarme al suelo, no quiero cantar.
Si no puedo cogerme un ciego, no quiero beber.
Si no puedo decir coño, polla, chocho o cojones, no te quiero contar lo que hice ayer.
Si no puedo hacerte un striptease, nunca me verás probarme ropa.
Si no puedo pedir patatas, nunca iremos a desayunar al Burger.
Si no puedo intentar reconocer a la persona que pasa en moto, jamás iré contigo en coche.
Si no criticas las fotografías, jamás conocerás la contraseña de mi tuenti.
Si no te gusta hablar por teléfono, no me escucharás la voz.
Que si no puedo dejarte comentarios absurdos, prefiero ni visitar tu perfil.
Si no te puedo tocar el culo, no quiero estar a tu lado.
Si no puedo llorar porque me dé la gana, no sabrás el nombre de mi corazón.
Si no paso de ti, preocúpate, porque algún día lo haré.
Si no te cuento mi vida, no te obsesiones conmigo.
Si te estreso cuando me dan ataques de nervios, mejor piérdete.
Si no me entiendes cuando te hablo, tápate los oídos.
Si no comprendes lo que intento decir, mejor no te digo nada.
Si no serías capaz de aguantar ninguna de las cosas que hago por costumbre, olvídate. No somos amigas, nunca lo seremos, nunca te escribiré, nunca serás mi puta vida, mi puto alma, mi puta nada... bueno, a lo mejor consigues ser solamente mi puta.

Título




La vida nunca está tranquila.
Siente la terrible necesidad de sorprendernos con desgracias, alegrías y simplemente imprevistos o cosas inesperadas.
La vida revive con cada nueva sensación, con cada nuevo conocimiento, con cada nueva sonrisa. Porque la vida se alarga con la confianza mutua, con el cariño y con el afecto.
Porque solo tú eres mi vida, y te aviso de que te quedan muchas cosas por vivir.
Por eso sácame de cada depresión, besame las mejillas mojadas de lágrimas, complace mis pequeños caprichos, soporta mis celos, ríe mis bromas, enfadate conmigo y quiere-me; a mí.
Porque no te prometo un beso cada mañana ni un abrazo cada noche, pero te prometo cada estrella del cielo, cada grano de arena, cada flor en el campo y cada pez en el agua.
Te lo prometo, y aun encima, per sempre.

hazlo, zorra.

Mira el mundo a tu alrededor.
Mira la gente que llora sus penas en la calle, o aquellos que se esconden cuando dejan caer sus lágrimas. Mira le gente que se ríe por fuera mientras llora por dentro. Mira a los que ahogan sus penas en copas de Ginebra, o los que creen no sentir pena.
Mira los que suspenden porque no son capaces de olvidar los recuerdos, los que abandonan a sus amigos en los momentos que más los necesitan, o los que son abandonados por unos amigos incapaces de entender sus penas. Mira el mundo a tu alrededor con sus virtudes y sus defectos, sobre todo con sus defectos.
Ahora mírate a ti. Caprichosa, incapaz de amar, egoísta. Mira la manera que tienes de utilizar a la gente conscientemente y busca tu conciencia, porque si la tuvieses no serías capaz de dormir por las noches.
Piensa en las cosas que haces día a día y vuelve a mirar a tu alrededor.
¿Cuántas de esas desgracias te han ocurrido a ti? Ninguna.
¡Mírate! Rodeada de amigos, riendo con ganas, incapaz de ver el sufrimiento en ojos ajenos.
¿De cuantas de esas desgracias eres culpable? De muchas; quizás de demasiadas...
Mira el mundo, mira el sufrimiento... ¿no crees que ya es suficiente?

emma.


Martes; el Martes fue cuando empecé a creer que todo podía salir bien.
Creía que sus caricias podrían cerrar las grietas de mi corazón, que sus abrazos me volverían a poner en pie, que sus besos devolverían la esperanza a mi alma.
El Miércoles me sorprendí a mi misma.
El Miércoles me dí cuenta de que a lo mejor el universo no es infinito, pero la estupidez humana siempre lo será.
Sus caricias ya no curaban mi corazón, ahora sólo me hacían recordar esas manos que antes de destrozarme me habían amado.
Sus abrazos ya no me devolvían las ganas de levantarme, ahora me hacían ver el pedestal en el que había estado antes de caer y el dolor del golpe volvía a recorrer mi cuerpo.
Ahora sus besos ya no tenían efecto sobre mi alma.
Sus besos me hacían imaginar el amor que le podría estar poniendo a cada uno de sus movimientos sobre mí; el mismo amor que usé yo un día.
No podía perderme en su cuerpo sin recordar que ahora era otra la que tocaba ese pecho con el que yo había soñado, esas manos en las que pensaba constantemente, mirando esos ojos en los que disfrutaba perdiéndome...
Y mientras fingía esa pasión, recordaba, intentaba recordar... ¿alguna vez fue real? ¿alguna vez me quiso, nos quisimos? ¿fue tan genial como recuerdo o se parecía más a esto de lo que quiero creer? ¿alguna vez volveré a sentir eso? ¿podría volver a estar como estuve por la persona que ahora llena mi cuello de besos?
Quiero querer, quiero sentir, quiero reir, quiero ser libre, quiero AMAR.
No quiero hacer daño, no quiero obligarme a quererle, no quiero educarme en no enregarme al completo, no quiero pensar tanto.

Quiero el amor CLARO.

4.

Y eso, eso es lo que pasa.
Cuando tú robas una vez, ya piensas que todos te están robando también a ti, porque si tú has sido capaz de hacerlo, ¿por qué no iban a poder hacerlo ellos?
Cuando engañas a alguien ya crees que él también te está engañando a ti. ¿Por qué no? Si tu has sido capaz de enamorarte de mentirle y hacerle creer que algo no es cierto, ¿por qué no iba a hacerlo él?
Cuando te enamoras de alguien pasa igual.
Si tú has sido capaz de enamorarte de esa persona, con todos sus defectos y sus virtudes, piensas que él también se habrá podido enamorar de ti... ¿por qué no?
Por eso roba si estas preparado para que te roben, miente y engaña si serías capaz de aguantar otras mentiras y amale.
Amale en tus sueños, en tus deseos. Amale con lo que sabes y no sabes sobre él. Amale por los besos, por el cariño, con sus errores, con sus éxitos. Amale con sus equivocaciones, con sus dolores, con sus simples incertidumbres, con los pensamientos que tiene y con los que está logrando olvidar... pero amale solo cuando estés lista para que te amen a tí también.